El derecho al delirio; a propósito de todo lo que nos está sucediendo Mercedes Bueno Noviembre 13, 2020 Artes, LiteraturaCentro de Lima: calles impredecibles“Y se negaron a olvidar en tiempos de la amnesia obligatoria” predicaba Eduardo Galeano para cerrar uno de los libros que más he disfrutado “La escuela del mundo al revés”.La única excepción, para nuestra mala suerte, es que Galeano creía que este sería solo un recuerdo para los ciudadanos del siglo XXI -si es que nos podemos llamar ciudadanos, claro-. Sin embargo, es y está, hoy más cerca que antes, ese deseo de no dormir en tiempos de la amnesia obligatoria.Porque es verdad, si solo los jóvenes poseen la fuerza para permanecer despiertos, vaya razón tenía Galeano. Las masas, grandes y numerosas, son juzgadas por protestar, criminalizadas por reaccionar y castigadas por sentir como uno solo.Los desesperados serán esperadosY los perdidos serán encontradosPorque ellos son los que se desesperaron de tanto esperarY los que se perdieron de tanto buscarQuizá Galeano tenía razón, ya es hora de ejercer el derecho al delirio, de seducir la idea de un presente mejor, de elevar la voz desvariando la justicia que unos cuantos han secuestrado. Probablemente, el error cometido en el pasado fue ese: la iniciativa de unos cuantos, que se atrevieron a elevar la voz, se criminalizó y se la juzgó de perversa, por obra de unos cuantos políticos egoístas.Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.La solemnidad se dejará de creer que es una virtud.La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarlay la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.El presente constituye un caso particular; existe un llamado, acaso un grito de desesperación, a que todos levanten la voz al unísono. Por un lado, las acciones que se lleven a cabo hoy definirán y diferenciarán a esta generación frente a las demás. Por otro lado, pero no menos importante, quizá es momento de delirar y dejar el hábito de ser mudos porque, por lo que dicta la experiencia, ya hemos visto y escuchado demasiado. Después de todo, lo aprendido tiene que ponerse en acción, porque el “derecho al delirio” no es el “derecho a la desesperanza”.PDF: Clic para leer “El derecho al delirio” de Eduardo GaleanoAudio “El derecho al delirio” de Eduardo GaleanoComparte esto:Tweet